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A los remitentes anónimos,

Recientemente he recibido una tarjeta postal anónima, en la que se me solicita la liberación de Morgan, una de las orcas que se encuentra bajo nuestro cuidado. Esto es algo muy extraño, pues el caso de Morgan ha sido discutido durante años y ya fue totalmente clarificado por el Tribunal Supremo de Holanda hace más de un año. Ese alto tribunal, al igual que la Comisión Europea en respuesta a una pregunta Parlamentaria, ratificaron que Morgan no tenía posibilidades de sobrevivir en la naturaleza y que no podía ser liberada. Por eso me extraña que haya personas que sigan pensando que es posible liberarla.

Seguramente es usted una persona preocupada por el bienestar de los animales, igual que lo somos todos los que trabajamos en Loro Parque. Y quizá haya enviado usted esa postal basándose en la información que le ha dado otra persona o alguna organización. Permítame aclararle que la información que se utilizan en estas campañas propagandísticas, solo buscan hacer daño a los zoológicos, y están basadas en argumentos falsos. Voy a exponerle a continuación lo que realmente ocurrió,

En 2010 apareció en las costas de Holanda una joven orca moribunda, a la que se bautizó como Morgan. En el momento de ser rescatada por el delfinario de Harderwijk no era más que un montón de piel y huesos a punto de morir de hambre y deshidratación. Pesaba tan sólo 430 kilos, menos de la mitad que una orca de su tamaño. Tras rescatarla, recuperarla y consultar con expertos en orcas, el Ministerio de Agricultura del Gobierno de Holanda decidió que no sobreviviría si era devuelta al mar. En esa situación planteó, que si no se encontraba un lugar donde pudiera vivir con otros ejemplares de su especie, había que eutanasiarla.

Esa fue la primera vez que yo supe de Morgan, cuando las autoridades holandesas contactaron con Loro Parque para solicitar que la acogiéramos entre nuestras orcas, evitando así su muerte. Sinceramente, no pensé que Morgan fuera a traer las campañas de descrédito y las críticas que hemos recibido, pero de haberlo sabido también habría tomado la decisión de ayudarla, como siempre lo he hecho, no importa con qué animal que necesite ayuda.

Pero algunas pequeñas organizaciones no tuvieron en cuenta esas razones e iniciaron campañas, por ejemplo, diciendo que Morgan debía reunirse con su familia, apelando a los buenos sentimientos de las personas amantes de los animales. Sin embargo, nunca explican que la familia de Morgan no pudo ser encontrada a pesar de los esfuerzos de los mayores expertos en orcas del Atlántico Norte, y que el único grupo que podría tener alguna relación con Morgan se vio una sola vez en 2005 y nunca más se supo de el. Tampoco explican que Morgan tiene un déficit acústico severo, como demostraron tres científicos independientes, el Dr. Dorian Houser (National Marine Mammal Foundation), el Dr. Klaus Lucke (Curtin University) y el Dr. James Finnernan (NAVY). Y que ese déficit le dificultaría encontrar comida y comunicarse con otras orcas, por lo que devolverla al mar sería enviarla a la muerte con casi total seguridad.

Tras tres años desde su rescate, el 23 de abril de 2014, la más alta instancia de la justicia holandesa confirmó la legalidad del traslado del animal a las instalaciones de Loro Parque. Esa fue la 5ª vez que la justicia de Holanda confirmó la validez del permiso CITES tras los continuos recursos y ataques de las organizaciones que solamente pensaban en devolverla al mar porque están en contra de los zoológicos, y sin importarles su bienestar. Después de más de dos años bajo nuestro cuidado Morgan es un hermoso animal que crece día a día, ya pesa más de dos toneladas y puedo decir que está feliz con su nueva familia. Si quieren conocer más en detalle esta historia, pueden leerla en la página de Morgan.

Loro Parque cumple sobradamente con la normativa vigente de parques zoológicos y lo hace desde antes que se promulgara la ley en España (2003) e incluso antes de que entrara en vigor la Directiva Europea sobre zoos en 1999. Y es que no hacen falta leyes cuando uno está convencido de que los zoológicos deben trabajar en pro de la naturaleza, quizá por eso fuimos el primer zoológico en el Mundo en haber obtenido el certificado Biosphere Parks: Animal Embassy otorgado por el Instituto de Turismo Responsible -vinculado a la UNESCO-, además de los certificados EMAS, ISO 14000 e ISO 9000; que acreditan la calidad ambiental. Además a través de Loro Parque Fundación, desarrollamos diversos proyectos de investigación y conservación in situ, en los 5 continentes. En los últimos 20 años hemos invertido más de 15.000.000 de dólares en más de 100 programas de conservación de papagayos y cetáceos. Con este esfuerzo se logró rebajar de la lista de amenaza a dos especies de papagayos, uno de Colombia y otro de Brasil, entre otras grandes victorias ambientales.

Loro Parque es, además, miembro activo de las asociaciones zoológicas profesionales más relevantes: AIZA, EAZA, WAZA, EAAM y AMMPA; además, a través de su fundación, miembro de la UICN (Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza). Es decir, un zoológico moderno, ejemplar y comprometido con la conservación y el bienestar de los animales. No en vano hemos sido premiados por la mayor web de viajes del mundo, Trip Advisor, como el zooNº1 de Europa y el 3º del mundo, una distinción que revela la verdadera opinión de la mayoría de los viajeros que nos han visitado.

Las orcas que alberga Loro Parque son animales de segunda y tercera generación nacidas y criadas bajo cuidado humano y por tanto, no pueden ser soltadas al mar. Si alguien dice que esto se puede hacer, primero tienen que demostrarlo. La liberación en el mar de la orca salvaje llamada Keiko costó más de 20.000.000 US$ y el resultado fue la muerte, tras 524 días en el mar. Se gastó esa impresionante cantidad de dinero en un solo animal que no está amenazado. Piensen ustedes todo lo que se podría haber hecho con esa enorme cantidad. Este caso se ha difundido como un enorme éxito, sin embargo y bajo mi punto de vista, es pura y simplemente el sacrificio de un animal.

Morgan fue probablemente abandonada por su familia ya una vez. Cuando apareció era muy joven para aprender las tácticas de caza, por lo que la exigencia de liberar a Morgan sola en el mar, sin familia y además sorda es, desde mi punto de vista, simplemente sentenciarla a muerte.

Para Loro Parque reunir 15.000.000 de dólares, desde el año 1994, ha sido un enorme sacrificio, pero lo hemos hecho gustosamente y gracias a ello, hemos conseguido salvar de la extinción a 2 especies de papagayos que estaban al borde de la desaparición y más de 9 que se están recuperando gracias este esfuerzo.
Ahora quiero pedirle una cosa. Se ha preguntado porque hay personas que promueven grandes campañas por especies que no están en peligro como los delfines o las orcas -ambas consideradas no amenazadas por los organismos internacionales-, y que son carismáticas y conocidas por el público gracias a películas, series de televisión o a las presentaciones en los zoológicos. Pero, sorprendentemente, no promueven campañas para llamar la atención sobre los más de 300.000 pequeños cetáceos -delfines, marsopas, zífios, etc.- que mueren cada año enredados en redes de pesca, a causa de los plásticos que acaban en el mar, por la contaminación o por la sobrepesca. Esas acciones las llevamos a cabo los zoológicos modernos y comprometidos con la conservación, como Loro Parque, que trabajamos para sensibilizar nuestros visitantes sobre esos y otros problemas de los océanos. Y, además, financiamos investigaciones que buscan desarrollar sistemas para evitar la pesca accidental de cetáceos, que evalúan los efectos de la contaminación sobre su salud o de la sobrepesca sobre la amenazada población de orcas del Estrecho de Gibraltar.

Nuestra preocupación por la conservación de los cetáceos comenzó a mediados de los años 80 a raíz de la caza de cachalotes en Madeira y la lucha culminó con la declaración de un Santuario marino alrededor de ese archipiélago. Este fue el punto de inicio de nuestra idea de englobar a todas las aguas de la Macaronesia en un santuario para la protección de los cetáceos, porque allí viven 33 especies diferentes de ballenas y delfines a las que hay que proteger.

Durante la siguiente década continuamos preocupándonos por conseguir declarar esa zona protegida y por eso decidimos financiar, a nuestro total coste, varios proyectos de investigación y conservación de cetáceos en Canarias conjuntamente con centros de rescate y prestigiosas universidades. Estos proyectos fueron pioneros en la descripción de las especies de cetáceos residentes en el Archipiélago y constituyeron la base del actual conocimiento científico en este ámbito.

En la actualidad, no sólo trabajamos para proteger los cetáceos, sino también otras especies marinas que también necesitan nuestra ayuda, como por ejemplo las tortugas marinas que habitan alrededor de las Islas Canarias y que cada año más de 200 llegan heridas a los Centros de Rescate de Fauna del Archipiélago. Gracias al trabajo conjunto con las entidades, casi el 90% se pueden curar y devolver al mar.

Mientras tanto, ¿Qué han hecho esas organizaciones que dicen preocuparse por el bienestar de los cetáceos? Pues, en lugar de luchar contra los verdaderos problemas, destinan un enorme esfuerzo a desacreditar con mentiras a los zoológicos que albergamos delfines u orcas, y que ponemos todo nuestro empeño en que nuestros animales disfruten de las mejores condiciones posibles bajo nuestro cuidado. Por favor, pregúntele a la persona que le pidió enviar esa postal ¿Qué ha hecho para proteger las poblaciones silvestres de cetáceos?

Por mi parte y ante la preocupación y muestras de amor a los animales que ha generado el caso de Morgan, incluso con esta campaña, como presidente de Loro Parque deseo que este impulso se dirija al trabajo para la conservación de aquellas especies de animales que están verdaderamente amenazadas y necesitan el compromiso sincero de todos.

Atentamente
Wolfgang Kiessling
Presidente