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Conseguimos con éxito avanzar en un sistema pionero de entrenamiento de tiburones y rayas para que estén habituados a los controles y revisiones veterinarias, garantizando así su bienestar. Se trata de diversas e innovadoras técnicas de comportamientos voluntarios que sólo algunos zoológicos modernos han puesto en marcha para asegurar el buen manejo y confort de diversas especies.

Este método de entrenamiento que sólo llevan a cabo algunos zoológicos europeos, está basado en la entrada voluntaria de los tiburones y rayas en una camilla especial que se introduce en el agua. Una vez dentro se quedan tranquilos y no efectúan casi movimientos hasta que los cuidadores culminan las revisiones, analíticas de sangre, ecografías o los procedimientos pertinentes, sin que el animal sienta stress.

El objetivo de estos entrenamientos es tener respuestas controladas y voluntarias ante una posible analítica o aislamiento para preparto o para las realizar las rutinarias biometrías de control, explica la acuarista responsable, Ester Alonso. “La posibilidad de hacer una analítica sanguínea de forma voluntaria y sin estrés es un gran paso para controlar clínicamente a los ejemplares de escualo y alargar, en muchos casos, la esperanza de vida”, asegura la experta.

Las camillas tienen distintas formas y color en función de la especie, con el fin de que cada animal reaccione a “un tipo de estímulo distinto y no haya confusiones”, aclara. También varía su ubicación según el día de la semana para asegurar que el aprendizaje que adquiere cada especie corresponde a cada estímulo, y no al lugar concreto donde recibe una respuesta positiva.

Por su parte, nuestro director de medioambiente, Dr. Javier Almunia, destaca que la importancia de estos procedimientos voluntarios recae directamente en el bienestar de los animales y la seguridad de los especialistas que tienen que trabajar con ellos, ya que los veterinarios y cuidadores pueden interactuar con los animales de una forma segura y preventiva. En su opinión, el hecho de que los tiburones puedan entrenarse exactamente igual que cualquier otro animal demuestra que, a pesar de la injusta fama que han ganado con las películas de Hollywood, “no son animales especialmente peligrosos ni agresivos”, resalta Almunia.

En el 40 aniversario del estreno de la película Tiburón, los escualos continúan siendo temidos por bañistas de todo el mundo, una situación que no contribuye con la conservación de la especie que, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y la Shark Alliance, un tercio de los tiburones están amenazados de extinción.