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Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=p5y6lwNmLOM 

Tradicionalmente, siempre se ha considerado a los tiburones como los animales acuáticos más aterradores del mundo. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido un gran misterio concretamente en torno a los tiburones blancos, los más temibles del océano. Repentinamente, comenzaron a encontrarse cadáveres de estos animales a los que les faltaba solamente el hígado. Parecía increíble que, de repente, hubiera aparecido un depredador de la especie de tiburón más grande y agresiva del mar, pero rápidamente las sospechas recayeron sobre las orcas, los mayores depredadores del océano y conocidas por desarrollar sofisticadas técnicas para cazar las especies más diversas. Y aunque los ataques observados de orcas a tiburones blancos son muy escasos, la hipótesis cobró fuerza porque, coincidiendo con la aparición de tiburones sin hígado, se veían orcas en la zona.

El misterio se acrecentó aún más con la aparición de Port y Starboard, dos machos con la aleta dorsal colapsada que eran avistados coincidiendo con los ataques a los tiburones blancos. Aunque no es habitual, se pueden encontrar orcas con aletas colapsadas en la naturaleza, pero el hecho de que haya dos juntas no parece casual y es muy posible que esté vinculado a su técnica de caza.

Es bien sabido que, en la naturaleza, las aletas dorsales de las orcas colapsan principalmente por traumas: golpes, heridas por peleas con otros machos, traumas por hélices o, incluso, disparos. Y no parece muy razonable que dos animales con esta característica se unan para desarrollar una nueva técnica para cazar a los tiburones más peligrosos del océano; más bien, parece que los terribles golpes que son necesarios para capturar y matar a un tiburón blanco han podido fracturar la débil estructura de tejido conectivo que mantiene erectas las aletas dorsales, dando lugar a su colapso.

Afortunadamente, esta es una característica estética y, a pesar de perder algo de atractivo de cara a las orcas hembras, estos machos han encontrado una extraordinaria ventaja competitiva en el mundo animal: alimentarse de una presa que ningún otro depredador consume. Todavía queda por aclarar por qué, después de matar a semejante animal, solo devoran su hígado.