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La comunidad de los pingüinos de Loro Parque ha ampliado su familia esta Navidad con el nacimiento de tres preciosos pichones de saltarroca que son, ahora mismo, unos bebés suaves y entrañables, y tres pichones de papúas que se han incorporado ya al grupo de la zona Antártida donde viven. Cada uno de estos pequeños recién nacidos son una enorme noticia para la protección de estas especies, amenazada de extinción.

Los recién nacidos son ahora mismo los habitantes más admirados de Planet Pengüin de Puerto de la Cruz; especialmente los pequeños saltarrocas que, ante la mirada de los visitantes, son cuidadosamente alimentados por sus cuidadores. Aunque el objetivo siempre es que cada pareja atienda a sus crías, en ocasiones, los padres de los huevos son demasiado jóvenes e inexpertos para ofrecer a los pichones la atención y cuidado que necesitan para sobrevivir en el paisaje helado en el que habitan, como en esta ocasión.

Ahora es trabajo de los cuidadores, expertos en pingüinos, ofrecer a los pequeños saltarrocas el cuidado y la atención que los tres pichones necesitan. Alojados cómodamente en la baby pengüin, serán alimentados cada tres horas hasta que alcancen el peso suficiente y sobre todo, hasta que su plumaje esté capacitado para mantenerles a salvo de las bajas temperaturas.

Esta evolución incluye el importante proceso de adaptación al frío que comienza con unos 35ºC en el momento en que nacen los pollitos, envueltos en un suave plumón que no es capaz, todavía, de aislarles de las bajas temperaturas y la humedad ambiental. Poco a poco, sus organismos se fortalecen mientras las condiciones ambientales se van modificando y la temperatura va bajando. Este proceso es adaptado a cada uno de los pequeños pingüinos hasta llegar a los 0ºC, la temperatura exacta que reproduce las condiciones de su hábitat natural.

La reproducción de estas especies de pingüinos es anual y requiere de la atención y el cuidado más específicos para conseguir que los huevos eclosionen y los pichones se conviertan en parte del grupo. Sin embargo, el éxito de cada temporada es una señal perfecta de que las condiciones de bienestar de los habitantes del pingüinario de Loro Parque son más que adecuadas.

Los pingüinos saltarrocas (Southern Rockhopper Penguin) son de talla pequeña y su característica más distintiva son una enormes cejas o penachos de color amarillo que les dan un divertido aspecto y los convierten en los habitantes de Planet Penguin más graciosos y entrañables. Su nombre procede de su notable agilidad para escalar y saltar en los terrenos escarpados.

Los papúa son, por su parte, expertos constructores de nidos elevados, que crean apilando piedras. Sin pudor alguno, suelen cogerlas de otros nidos cercanos convirtiendo la tarea en un afanoso poner y quitar pequeñas rocas.

En Loro Parque los pingüinos residen en un ecosistema creado a su medida, donde las condiciones de temperatura y luminosidad de la Antártida son reproducidas cuidadosamente. De hecho, la intensidad de la luz en la instalación variará si se visitan durante el invierno polar o durante los meses más cálidos de esa región. Cada día, 12 toneladas de nieve artificial caen suavemente sobre sus habitantes, cuatro especies de pingüinos que conviven en un ecosistema de enorme belleza: saltarroca, rey, papúa y barbijo.

Un lugar especial, en el que el ambiente silencioso y blanco de las regiones antártidas se despliega ante el visitante mientras sus habitantes realizan su hermoso vuelo subacuático.