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Entre marzo de 2021 y septiembre de 2022 han fallecido tres ejemplares de Orcinus orca en las instalaciones de Loro Parque. Al tratarse de una concentración relevante de muertes en un periodo de tiempo determinado para un grupo reducido de animales, es necesario averiguar si estas muertes pueden estar relacionadas, o si por el contrario se trata de sucesos aleatorios e independientes. Este análisis es de suma importancia, ya que lo primero podría estar indicando un problema en el manejo de la especie o incluso un fallo en los protocolos de salud y cuidado.

Para evitar cualquier sesgo, la única manera de abordar esta cuestión es a través de las pruebas científicas obtenidas en los exámenes de necropsia realizados a Skyla, Ula y Kohana. Todas las necropsias fueron realizadas por un equipo de expertos patólogos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con una amplia experiencia en necropsias de cetáceos (más de 600 en los últimos 20 años). Todas las necropsias se realizaron pocas horas después de la muerte en la sala especial de necropsias de la Universidad, y los cadáveres se mantuvieron refrigerados para garantizar que todos los parámetros bioquímicos y biológicos estuvieran inalterados. En esta situación podemos confiar en que la calidad de los resultados obtenidos con las necropsias es máxima y, por lo tanto, todas las conclusiones son correctas. En todos los casos, una vez terminado el informe de la necropsia, se compartió con las autoridades competentes la causa de la muerte y los informes patológicos completos.

Considerando las causas de la muerte, la única similitud entre los tres casos es que las patologías eran agudas, evolucionaban en pocas horas y eran imposibles de tratar, por lo que las tres muertes eran inevitables con los conocimientos actuales de la medicina veterinaria de cetáceos. Skyla y Ula sufrieron la misma patología aguda: torsión intestinal que produjo una septicemia. A pesar de tener la misma etiología, los cultivos bacteriológicos no mostraron evidencias que pudieran llevar a un origen común, y ambos casos parecen no estar relacionados. Según la literatura científica, esta patología parece ser bastante frecuente en las orcas, tanto en la naturaleza como bajo cuidado humano. Teniendo en cuenta que Ula era una cría que tuvo que ser criada a mano, y que sufrió diferentes condiciones de salud desde su nacimiento, parece razonable pensar que no hubo otras razones (manejo o procedimientos) en el origen de ambas patologías.

Las primeras apreciaciones de la necropsia realizada a Kohana han mostrado una causa de muerte totalmente diferente, muy probablemente relacionada con un fallo cardíaco causado por una malformación vascular. En el caso de Kohana no había signos de patologías en sus intestinos, y absolutamente ningún signo de torsión u obstrucción intestinal. Basándonos en esta información podemos estar seguros de que la patología que causó la muerte de Kohana es totalmente diferente de las dos anteriores, por lo que no hay ningún indicio claro de una causa común entre las tres muertes. Para tener la imagen completa sobre la muerte de Kohana debemos esperar a tener el informe patológico final, incluyendo los análisis y cultivos que tardarán un par de meses. Es poco probable que el informe final incluya cambios significativos en la causa de la muerte, pero añadirá información importante sobre cómo se deterioró la salud del animal durante su vida a causa de la malformación.

A pesar de que todas las evidencias excluyen el manejo de los animales o la atención veterinaria como posibles causas de las tres muertes, merecería la pena realizar una evaluación independiente de todos los casos por parte de un grupo de veterinarios y patólogos expertos, para ver si se pueden mejorar los conocimientos veterinarios actuales con nuevas herramientas que puedan prevenir o al menos detectar signos tempranos de estas patologías agudas en el futuro. Gracias al gran nivel de procedimientos veterinarios que tiene Loro Parque, existe una enorme cantidad de información sobre parámetros sanguíneos, cultivos, mediciones y análisis ecográficos adquiridos durante los últimos 16 años para cada uno de los individuos de Orca Ocean. Esa información podría ser analizada para ver si es posible encontrar marcadores tempranos de estas patologías. Como Loro Parque ha almacenado muestras de suero de todos los animales durante todos estos años, también podría ser posible explorar y probar nuevas herramientas analíticas que podrían mejorar el conocimiento veterinario en cetáceos y prevenir situaciones similares en el futuro.

Dr. Javier Almunia, director de Loro Parque Fundación