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La tortuga Federica, que llegó a Loro Parque desde Italia en el mes de junio con una lesión medular irreversible, ya se encuentra completamente adaptada a su nuevo hogar en el acuario de los pingüinos de Humboldt, en Planet Penguin. Además, esta Caretta caretta ha progresado mucho en sus entrenamientos, lo que redunda en su bienestar.

Cuando Federica fue rescatada en la costa italiana, presentaba lesiones permanentes compatibles con heridas causadas por la hélice de un barco en una colisión: una deformación en el caparazón, problemas de flotabilidad y un grave daño en su médula espinal. Incluso se contempló que pudiera ser eutanasiada porque, en su situación, no sobreviviría en el medio natural. Sin embargo, la predisposición de Loro Parque a acogerla en sus instalaciones le brindó una segunda oportunidad y ahora se encuentra en muy buen estado y recibe los mejores cuidados veterinarios.

  

Además, está siendo alimentada utilizando una diana a la que ha sido entrenada para acudir, por lo que está adquiriendo comportamientos médicos que permiten a sus cuidadores mantener un control sobre su salud y asegurar que se encuentra siempre en óptimas condiciones sin que ella sufra ningún tipo de estrés. En este sentido, su rápida adaptación a los entrenamientos –con los que se la pesa, se la mide y se hacen extracciones de sangre- contribuye a garantizar su bienestar.

Asimismo, con los datos obtenidos mediante estas revisiones, se reajusta su dieta, reduciendo el pescado graso o fomentando la proteína en función de las necesidades de Federica. En Loro Parque, puede vérsela comer el correspondiente al 1% de su peso corporal los lunes, los miércoles y los viernes sobre las 14:00 horas. En la actualidad, esta carismática tortuga pesa 24,5 kilos.

En el Parque, Federica actúa como una auténtica embajadora de las tortugas marinas, que deben enfrentar numerosas dificultades en la naturaleza, como el creciente tráfico marítimo que suele derivar en colisiones. Además, con su acogida, Loro Parque refuerza su compromiso con la protección de la biodiversidad y favorece la sensibilización de sus visitantes sobre la dramática realidad que enfrentan los océanos y las especies que habitan en ellos.